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El bebé llora sin parar: el 50% de las consultas son por “trastornos digestivos funcionales"


En el Día Mundial de la Salud Digestiva, los expertos dan consejos sobre cómo aliviar estos síntomas que aparecen cuando los chicos tienen entre 3 meses y un año.


Irritabilidad, trastornos del sueño y llanto persistente y desconsolado son algunas de las principales manifestaciones de los bebés de entre 3 meses y el año de vida y que afectan la calidad de vida. En el marco del Día Mundial de la Salud Digestiva, que se conmemoró este domingo, los especialistas alertan para no desatender los llamados ‘trastornos digestivos funcionales’.


Son condiciones que, si bien no tienen un origen orgánico definido, alteran todo el entorno familiar, generan muchas veces la realización de estudios diagnósticos invasivos innecesarios y constituyen más del 50% de los motivos de consulta en las guardias y en los consultorios pediátricos, incrementando también los costos del sistema de salud.


“Se considera que los trastornos digestivos funcionales son todas expresiones que encuentran su origen en una falta de madurez del tracto gastrointestinal del bebé, que se expresa con esas manifestaciones. Por un lado, no siempre es sencillo su diagnóstico y tampoco lo es su tratamiento. Pero son niños que lloran desconsoladamente, que no duermen bien y tampoco lo hace el resto de la familia. Estos casos generan un incremento de costos al sistema de salud, por las múltiples visitas a la consulta médica”, afirmó Fernando Burgos, pediatra y miembro de la Sociedad Iberoamericana de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SIAMP&P).


La regurgitación, que se presenta en alrededor del 30% de los niños en esta etapa de la vida, consiste en el regreso del alimento del estómago sin esfuerzo, cosa que no sucede con los vómitos o el reflujo, que sí requieren de un acto físico impulsivo. Los cólicos, por su parte, son dolores fuertes en el vientre del lactante que se manifiestan en forma aguda, intermitente y espasmódica.


Afectan a 1 de cada 5 bebés y generan un llanto desconsolado. Particularmente, el denominado “cólico del lactante” comienza y termina sin causa aparente, con una duración de 3 horas 3 días por semana durante 3 semanas o durante 3 horas por día durante una semana, por lo que fue definido como la “Regla de 3 de Wessel”, en homenaje al médico que la describió.


La constipación o estreñimiento se define cuando se producen evacuaciones restringidas del niño y producen gran malestar general. Se estima que afectan al 20% de los lactantes. En resumen, sumando estos 3 principales trastornos digestivos funcionales -regurgitación, cólicos y constipación- se considera que se van a presentar en algún momento del primer año de vida del bebé, individualmente o en conjunto, en 1 de cada 2 niños.


Posible solución


“A partir de definir el diagnóstico correcto del trastorno digestivo funcional, el tratamiento de elección es la lactancia materna, sin embargo, en los casos de chicos que no están recibiendo amamantamiento, el abordaje es fundamentalmente nutricional, con recomendaciones dietarias que pueden incluir la indicación de leches de fórmula medicamentosas, cuya cobertura, con prescripción médica, está garantizada por la ley”, dijo Mabel Carosella, pediatra y directora Médica del Grupo Pediátrico Belgrano R.


“Las leches de fórmula medicamentosas incluyen en su elaboración determinados componentes que, por ejemplo, en el caso de las regurgitaciones, contribuyen a reducir la frecuencia e intensidad de las mismas y a mejorar el perfil bacteriano y la respuesta inmune del intestino. Mientras que, en los cólicos y constipación, entre otros beneficios, los componentes ayudan a ablandar las heces, aumentar la frecuencia de evacuación y a reducir la cantidad e intensidad de los cólicos. Todo esto contribuye a mejorar la calidad de vida del niño y a disminuir las consultas en las guardias y en los consultorios pediátricos”, consignó Carosella.


La ley nacional N° 27.305 de obligatoriedad de leches medicamentos promulgada a fines de 2016 establece que las obras sociales y prepagas y, en el caso de que la familia no cuente con seguridad social, el Estado deben cubrir al 100% el consumo de leches medicamentos para todos los niños que ‘…padecen alergia a la proteína de la leche vacuna (APLV), así como también de aquellos que padecen desórdenes, enfermedades o trastornos gastrointestinales y enfermedades metabólicas…’.

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