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Las infecciones que pueden prevenirse con el uso del preservativo

Entre las más comunes se encuentran el herpes genitales, clamidia, tricomoniasis, HPV, sífilis, gonorrea y Hepatitis B y C.

De acuerdo a la última investigación realizada por AIDS Healthcare Foundation (AHF) Argentina, en nuestro país solo el 14,5% de la población utiliza preservativo en todas sus relaciones sexuales, es decir, menos de dos de cada diez personas. El 65% admitió utilizarlo “a veces” y el 20,5%, reconoció que no lo usa nunca.


En 2012, la organización estadounidense AHF propuso al 13 de febrero como “Día Mundial del Condón”, en un esfuerzo por reducir la propagación del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) a través de prácticas sexuales seguras. Desde su inicio, ha sido una celebración informal que acompaña los festejos por San Valentín.


Javier Sapir (M.N. 77.826), médico en Ginecología y Obstetricia (miembro de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires) y especialista en Sexología Clínica (miembro de la Sociedad Argentina de Sexología Humana), reveló que en el último año -sobre todo desde el comienzo de la pandemia por COVID 19- crecieron las consultas de pacientes por enfermedades de transmisión sexual.


“Las más frecuentes, por lo menos en mi consultorio y, acorde a lo intercambiado y debatido con mis colegas, son los herpes genitales, casos de clamidia, gonorrea, tricomoniasis, HPV, sífilis, hepatitis B y C y, en algunos casos, HIV”, aseveró tras aclarar que todas ellas son producto de la falta de uso del preservativo durante el acto sexual.


De acuerdo al Ministerio de Salud de la Nación, las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) se contagian a través de tres vías: la sexual (por relaciones sexuales sin uso de preservativo, por el contacto con semen, líquido preeyaculatorio, fluidos vaginales y/o sangre); la sanguínea (contacto con sangre o por compartir elementos cortopunzantes) y la perinatal (por los fluidos presentes en el proceso de gestación, durante el parto o la lactancia). Sin embargo, no todas provocan síntomas, molestias o heridas visibles en quienes las padecen, motivo por el cual Sapir recomendó hacerse controles clínicos una vez al año.


Algunas de ellas son tratables y pueden dar alguna señal detectable como secreciones genitales de color amarillento, verde o blanco (con aspecto grumoso), olores intensos y extraños, heridas o llagas, verrugas, ardor al orinar, dolor en la parte inferior abdominal, picazón en los genitales externos, entre otros.


¿Qué son las ITS y cuáles son las más frecuentes?

Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) pasan de una persona a otra durante una relación sexual (vaginal, anal u oral) y pueden producir enfermedades graves y otras más leves. Las más frecuentes, que van en aumento en la Argentina, son: sífilis, gonorrea, clamidia, herpes simple, hepatitis B, hepatitis C, HPV y VIH.


Todas ellas se previenen solamente con el uso del preservativo y pueden afectar a cualquier persona sin importar su sexo, orientación sexual o edad. De hecho, gran parte de las ITS se cura con tratamientos específicos, que en muchos casos son muy sencillos. Otras, como el herpes simple y el VIH son tratables, pero no tienen cura y se siguen transmitiendo en el caso de no usar condones.


Sífilis: Es una infección bacteriana que suele transmitirse por contacto sexual. La enfermedad comienza con una llaga indolora, por lo general en los genitales, el recto o la boca. Se transmite de persona a persona a través del contacto de la piel o de las membranas mucosas con estas llagas. La segunda etapa se caracteriza por la aparición de un sarpullido. Luego, no se presentan síntomas hasta la última etapa, años después, donde puede provocar daños en el cerebro, el sistema nervioso, los ojos y el corazón. Esta enfermedad se trata con penicilina.


Gonorrea: Enfermedad infecciosa de transmisión sexual que se caracteriza por la inflamación de las vías urinarias y los genitales y que produce un flujo excesivo de moco genital. Afecta a hombres y mujeres y suele tratarse con antibióticos.


Clamidia: Es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Puede infectar a hombres y mujeres. Las mujeres pueden contraerla en el cuello del útero, el recto o la garganta. Los síntomas incluyen dolor genital y secreciones de la vagina o el pene. Se recomienda la terapia antibiótica para el paciente afectado y sus parejas sexuales. También deben hacerse controles médicos para comprobar que no haya otras infecciones de transmisión sexual.

Herpes simple (tipo 1 y 2): El VHS-1 se transmite principalmente por contacto de boca a boca y causa herpes labial. El VHS-2 se transmite por vía sexual y causa herpes genital. Las infecciones que provocan los dos tipos de virus duran toda la vida. Los síntomas del herpes incluyen vesículas o úlceras dolorosas en el lugar infectado.


Hepatitis B: Es una infección vírica que afecta al hígado y puede dar lugar tanto a un cuadro agudo como a una enfermedad crónica. El virus se transmite habitualmente de la madre al niño durante el nacimiento y el parto, así como por contacto con sangre u otros líquidos corporales.


Hepatitis C: Es una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC): éste puede causar hepatitis aguda o crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas y una enfermedad grave de por vida. La hepatitis C es una importante causa de cáncer hepático.


HPV: Existen más de 200 tipos diferentes de Virus del Papiloma Humano, algunos de los cuales causan ciertos tipos de cáncer, como el de útero.


VIH: El virus se puede transmitir mediante el contacto con la sangre, el semen o los fluidos vaginales infectados. Al cabo de pocas semanas de la infección con el VIH, pueden aparecer síntomas como fiebre, dolor de garganta y fatiga. Luego, la enfermedad suele ser asintomática hasta que se convierte en SIDA. Los síntomas incluyen pérdida de peso, fiebre o sudores nocturnos, infecciones recurrentes y fatiga. No existe una cura para el SIDA, pero la observancia estricta de la terapia antirretroviral puede disminuir significativamente el progreso de la enfermedad y evitar infecciones y complicaciones secundarias.

Prevención y detección

El preservativo es el único método que previene las infecciones como VIH, sífilis o gonorrea, entre otras. El mismo debe ser utilizado de manera correcta y consistente, es decir, durante toda la relación sexual ya sea vaginal, anal u oral, ya que cualquier otro método anticonceptivo solo previene el embarazo. De la misma manera, se recomienda utilizar campo de látex para las relaciones sexuales orales.


“Las ITS pueden no desarrollar síntomas. Algunas veces solo se detectan con un examen médico como análisis de sangre u orina. En el caso de embarazo, es importante que ambos padres se realicen los análisis para poder tratarse, de ser necesario, y evitar la transmisión al bebé”, advirtieron desde la Fundación Huésped.


En nuestro país, solo el 70% de quienes padecen este tipo de enfermedades sabe que las tiene. Según la Secretaría de Salud de la República Argentina, actualmente unas 122.000 personas viven con el virus del VIH en el país, de las cuales se estima que el 30% desconoce su situación.


Por este motivo, los profesionales recomiendan “solicitar estudios de laboratorio que incluyan un testeo de serología, para detectar enfermedades infectocontagiosas venéreas. Lo ideal es hacerlo una vez al año porque muchas personas tienen estas enfermedades y lo desconocen”.


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