Así lo recalcó un estudio de la OMS sobre 100 países. Se recomienda dar el alimento de forma exclusiva en los primeros seis meses.
La leche materna no solo es un derecho de todo recién nacido porque es fundamental para su desarrollo saludable, sino que también tiene un impacto positivo para disminuir la mortalidad infantil.
Así lo indica un estudio realizado en cien países, en el marco de la iniciativa Alive & Thrive (Vida y Desarrollo) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de cara a la Semana de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto. Se trata de promover, también en lugares públicos, este gesto sano y natural que puede salvar hasta 820.000 vidas por año.
La OMS recomienda la lactancia materna como único alimento del bebé hasta los seis meses de vida y luego la continuación, en combinación con una alimentación complementaria, hasta los dos años o más.
La leche materna, de hecho, posee nutrientes esenciales en la proporción adecuada para un desarrollo sano del niño, reduce el riesgo de alergias, está disponible en todo momento y es gratuita.
También tiene beneficios para la salud de la madre, ya que reduce el riesgo de hemorragias post parto, de osteoporosis tras la menopausia y de padecer cáncer de mama y de ovarios. Sin embargo, alrededor del 40% de los pequeños de todo el mundo no es alimentado con leche materna.
En 2012, la resolución 65.6 de la Asamblea Mundial de la Salud respaldó un Plan Integral de Aplicación sobre nutrición de la madre, el lactante y el niño pequeño, donde se fijaron seis metas mundiales de nutrición para 2025.
El documento "Live & Trive" se refiere a la quinta de esas metas: incrementar hasta al menos un 50% la tasa de lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida del bebé. Esa práctica es la intervención preventiva que tiene el mayor impacto potencial sobre la mortalidad infantil.
En todo el mundo, solo el 38% de los lactantes menores de 6 meses reciben lactancia materna exclusiva. Análisis recientes indican que las tasas subóptimas, entre ellas la lactancia no exclusiva, contribuyen al 11,6% de la mortalidad en los niños menores de 5 años. En 2011, esto supuso unas 804.000 muertes infantiles.
Según la OMS, aumentar la escala de los esfuerzos para incrementar las tasas de lactancia materna exclusiva requiere actuar en diferentes niveles: los sistemas de salud, las comunidades y las políticas.
Los datos muestran que los países cuyas políticas y programas se ajustan más a las recomendaciones de la estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño de la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) son los que más éxito tienen a la hora de incrementar las cifras de lactancia materna exclusiva.
Por eso, recalca la iniciativa "Live & Trive", es importante crear un entorno facilitador mediante las políticas y la legislación.
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