Disciplina milenaria que trabaja el autoconocimiento a través de técnicas de respiración consciente; los múltiples beneficios de esta valiosa herramienta.
Estímulos por doquier y múltiples responsabilidades laborales y familiares. La vida en las ciudades modernas es sinónimo de corridas, de tiempo que no rinde y de infinitas demandas. La pregunta inevitable que muchos se hacen es: ¿cómo estar bien entre tantas distracciones y quehaceres?
Frenar y enfocarse en el aquí y ahora es difícil, aunque es el puntapié para vivir en armonía. Pero, ¿de qué manera lograrlo? A simple vista parece un desafío, sin embargo, existen diversas prácticas para poner en marcha. La meditación es una de ellas, una disciplina milenaria que busca apaciguar los pensamientos disruptivos y conectar con el momento. “Se trata de una herramienta muy valiosa que ayuda al crecimiento personal a través de técnicas de respiración consciente y autobservación”, comenta Gabriel Domecq, referente de meditación y respiración del programa Wellness de Pan American Energy (PAE).
Coincide con él, la Wellness Coach y creadora de Yoga Balance, Camila Riganti, quien asegura: “Esta experiencia permite alcanzar un estado de conciencia del momento conectando el cuerpo con la mente”.
Meditar es resetearse y crear un estado de armonía interior. Un refugio para todos los que están atravesando situaciones complicadas y necesitan pensar con claridad o simplemente para aquellos que quieren mejorar su calidad de vida. Para Eugenia Montefalcone, instructora de yoga y fundadora de Yoga Puro, se trata de alcanzar el autoconocimiento que “cuanto mayor es, más control tendremos a la hora de regular nuestras emociones y manejar los pensamientos que nos invaden a diario”, enfatiza la experta.
De esta manera, advierte que las personas que lo logran, tendrán la llave para alcanzar una vida lejos del piloto automático y así, “podrán ver con claridad sus expectativas y deseos, y generarán la capacidad de distinguir las ideas propias de las ajenas permitiendo crear su propio camino”, enfatiza Montefalcone.
Más meditación, menos acción
Comúnmente a la meditación se la asocia con virtudes espirituales y emocionales: promueve la relajación física, brinda tranquilidad y desarrolla la creatividad y la intuición. No obstante, la Universidad de Harvard explica en un artículo que también tiene impacto positivo a nivel cognitivo y psicológico.
Mediante un estudio comprobaron que sostener esta práctica por lo menos durante ocho semanas consecutivas, dedicándole 15 minutos por día, reduce el estrés, la ansiedad y la depresión porque actúa sobre el sistema nervioso simpático, encargado de aumentar la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial durante momentos de tensión.
Según el médico Herbert Benson, uno de los coautores de la investigación, la mente incide para bien o para mal en la salud del organismo: predispone a las personas a estar más o menos propensas a manifestar enfermedades. Por ello, insistió que “intervenirla y ´limpiarla´ de los constantes pensamientos intrusivos, mantendrá vital al cuerpo”.
Gracias a estas bondades, Domecq resalta que esta disciplina mejora la productividad de las personas y remarca que es muy beneficiosa a nivel laboral porque “las ayuda a ser más certeras y precisas en las acciones cotidianas”. Otro de los beneficios que señala es que las personas pueden ver las distintas situaciones con perspectiva, logran estar motivados y son capaces de construir espacios de crecimiento sin la necesidad de generar discusiones.
Respirar para liberar
En la meditación, se ponen en juego tres ejes: el ritmo, la respiración y el sonido. “El primer paso es encontrar un espacio tranquilo donde ubicarnos. Se puede meditar en grupo o de manera individual. En clases presenciales o guiadas online”, comenta Domecq y hace énfasis en la necesidad de frenar el ritmo acelerado con el que se vive. “La vorágine diaria es tan alta que creemos que no tenemos tiempo para dedicarnos a nosotros mismos”, subraya.
Ahora bien, son infinitas las formas en las que se la practica: depende del objetivo que se quiera alcanzar. Los especialistas consultados cuentan que puede ser en movimiento a través de ejecutar diferentes posturas específicas o de manera estática, acostados sobre el suelo, en un sillón o donde se esté cómodo. En ocasiones se está en silencio, en otras se recitan mantras, que son palabras en sánscrito que se repiten en voz alta y que generan una vibración en el cuerpo.
Y lo más importante es la respiración consciente que se basa en cambios de frecuencia al inhalar y exhalar: desde cortas y rápidas hasta profundas y sostenidas. ¿El objetivo? “Que la mente se enfoque en una tarea que la conecta con el aquí y ahora”, explica Montefalcone.
“La respiración es sinónimo de vida. Es un proceso automático que iniciamos al nacer y que no se detiene nunca más”, cuenta Marcos Apud, psicólogo y Wellness Coach.
Los seres humanos inhalan y exhalan aproximadamente 23.000 veces al día de manera automática. Pero lo cierto es que respirar con consciencia, “es una herramienta muy poderosa que está al alcance de todos y que nos conduce directo al bienestar”, sostiene Apud.
Cuatro claves para iniciarse en la meditación
Los especialistas consultados coinciden en que esta práctica no tiene restricciones de edad ni género. En esta línea, brindan consejos para todos los que recién se inician.
Tiempo: cuando aún no se tiene el hábito, puede resultar difícil encontrar el momento y espacio adecuado para meditar. Si esto sucede, Riganti sugiere ir de a poco: “Al principio se la puede practicar tres veces por semana entre uno y dos minutos. Después y gradualmente se puede ir aumentando”, comenta la coach.
Paciencia: “La base de esta práctica es respetar tus propios tiempos y evolución. Es un proceso paulatino y para ver sus frutos hay que ser constante y dedicado”, agrega Riganti. Según Domecq, “no se puede pretender alcanzar los objetivos de forma inmediata. La meditación lleva tiempo”.
Pensamientos: los expertos recomiendan llevar un registro y anotarlos, para verlos con claridad. “Esta táctica ayuda a tener una mirada introspectiva y control de uno mismo: qué quiero y hacía dónde voy”, asegura Riganti.
Compromiso y confianza: “La determinación y la disciplina son el eje de partida”, confiesa Domecq y explica que la constancia es lo que va a permitir evolucionar y avanzar en la práctica hasta obtener cada vez más beneficios. “Es importante confiar en uno mismo y en que estás por el camino correcto”.
Consejos para meditar con éxito
Ubicarse en un espacio tranquilo y en silencio.
Sentarse sobre el piso o en una silla con las piernas cruzadas y las palmas de las manos sobre las piernas.
Cerrar los ojos y observar el ritmo de la respiración, tratando de que cada ciclo sea más largo y profundo.
Al inhalar se debe expandir el punto del ombligo y al exhalar se lo lleva de nuevo hacía adentro.
Lo ideal es permanecer en esta postura de tres a 11 minutos.
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