Tener las vacunas al día, verificar los sistemas de calefacción, ventilar los ambientes, evitar la exposición prolongada al exterior y tomar mucho líquido son algunas de las medidas esenciales. Conocé más recomendaciones para enfrentar las bajas temperaturas.
El invierno trae consigo bajas temperaturas que pueden afectar significativamente la salud, especialmente durante días de frío extremo. Es crucial mantenerse protegido del frío, particularmente en los grupos de riesgo como las personas mayores y aquellas con enfermedades crónicas. Sin embargo, en condiciones de frío extremo, incluso la población sin factores de riesgo puede verse afectada.
Para prevenir complicaciones, se recomienda cumplir con las vacunas incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación, que protegen contra diversas enfermedades respiratorias, disminuyendo la mortalidad y complicaciones, especialmente en niños, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas y mayores.
Preparar el hogar es otra medida preventiva importante. Asegurar que puertas y ventanas tengan burletes y tapar cualquier filtración de aire en grietas, y uniones entre paredes y techo es esencial para mantener el calor. Antes del inicio del invierno, es recomendable verificar los sistemas de calefacción y calentamiento de agua con un profesional matriculado. Para prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono, es fundamental ventilar los ambientes constantemente. Si se utiliza una estufa a leña, es importante revisar el estado de la chimenea y aprovisionarse del combustible necesario para el tiempo que dure el frío extremo.
Evitar la exposición prolongada al exterior es fundamental. Generar calor corporal mediante movimiento, como caminar, levantarse y sentarse, y mover las extremidades, así como tomar mucho líquido, son medidas simples pero efectivas. Ante cualquier síntoma, no se debe automedicar; es mejor consultar a un médico o dirigirse al centro de salud más cercano. En caso de tener medicación recetada, se debe mantener el plan de acción actualizado.
Evitar los cambios bruscos de temperatura y no fumar en ambientes cerrados también son recomendaciones importantes. Los cambios bruscos de temperatura pueden provocar enfermedades del sistema respiratorio.
Mantener una alimentación saludable, con todos los nutrientes y energía necesaria para las actividades diarias, es crucial. Se debe priorizar el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados, y realizar cuatro comidas diarias en horarios regulares.
El consumo de bebidas alcohólicas produce una falsa sensación de calor, debido a la dilatación de los vasos sanguíneos, acelerando la pérdida de calor corporal y aumentando el riesgo de hipotermia. Además, el alcohol deshidrata y deprime el sistema inmunológico, exponiendo a la persona a mayores riesgos de enfermedades.
Recomendaciones preventivas generales
Lavarse las manos con agua y jabón después de volver de la calle, antes de cocinar o comer, y después de ir al baño o cambiar pañales.
Ventilar todos los ambientes a diario, aunque haga frío.
Encender y apagar braseros y estufas a leña fuera de la casa.
No usar el horno o las hornallas para calefaccionar, ya que consumen oxígeno y son ineficientes y costosos.
Evitar poner recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor, ya que la humedad favorece el desarrollo de hongos.
No arrojar al fuego plásticos, goma o metales, porque desprenden gases y vapores tóxicos.
No fumar y mantener los ambientes libres de humo.
No automedicarse ni usar remedios caseros. Esto podría dificultar un diagnóstico correcto y empeorar el cuadro.
Cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo para evitar contagios.
Tirar los pañuelos descartables inmediatamente después de usarlos.
No compartir artículos personales como mate, vasos, cubiertos y utensilios.
En caso de aparición de síntomas de enfermedad respiratoria como fiebre, quedarse en el hogar y evitar el contacto con otras personas hasta que hayan pasado al menos 24 horas desde la desaparición de la fiebre. Evitar especialmente el contacto con personas vulnerables durante al menos 5 días desde el inicio de los síntomas y extremar cuidados hasta el día décimo, usando barbijo, ventilando los ambientes y lavándose las manos con frecuencia.
Frente a la presencia de síntomas leves, evitar el contacto con personas susceptibles de presentar complicaciones y extremar medidas de cuidado dentro del hogar para evitar la transmisión a convivientes, como ventilación de ambientes, lavado regular de manos, cubrirse la nariz y la boca al toser y estornudar, y evitar visitas. Limpiar las superficies en contacto con personas enfermas con agua y detergente o solución de alcohol al 70%. Si los síntomas empeoran o persisten, realizar una consulta médica.
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