En la muñeca o en el cuello, es la forma más fácil de detectar la fibrilación auricular, una de las arritmias más frecuentes de este siglo y responsable de accidentes cerebrovasculares después de los 65 años. La importancia de su detección y control a tiempo.
La fibrilación auricular es uno de los trastornos cardíacos más frecuentes de este siglo, junto a la enfermedad coronaria y los defectos valvulares, entre otros. Su importancia reside en que pueden dar como resultado coágulos sanguíneos que pueden desprenderse y bloquear vasos dentro del cerebro o que van hacia él.
“Es una causa muy común de hospitalizaciones sobre todo en la población anciana. En pacientes mayores de 80 años llega a tener una prevalencia del 15%, y es responsable de accidentes cerebrovasculares después de los 65 años. Además, puede provocar insuficiencia cardíaca, entre otras patologías, e incluso la muerte”. Para el médico cardiólogo Francisco Toscano Quilon (MN 95.358) “esta enfermedad es muy frecuente en el consultorio del cardiólogo, pero está poco difundida”.
Según el último consenso de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), 5 millones de personas la padecen y para 2050 se estima que alrededor de 8 millones serán los afectados. Por eso, es considerada en la actualidad una de las arritmias más frecuentes. Pero, su impacto es y será cada vez mayor conforme aumente la expectativa de vida.
En este sentido, para el especialista de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), su detección y tratamiento en conjunto con todos los otros factores de riesgo cardiovascular se vuelve fundamental.
Y tras señalar que “los factores de riesgo para tener un evento cardiovascular son modificables y tratables”, Toscano Quilon sostuvo que “controlar la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes, la obesidad, la vida sedentaria, el consumo de sal y la hiperlipidemia, ayuda a evitar el primer ataque cerebrovascular y los ataques cerebrales recurrentes”.
Síntomas de alerta
“Los síntomas más comunes de la fibrilación auricular son palpitaciones, mareos, falta de aire, cansancio, fatiga y hasta dolor de pecho. Y la manera más sencilla de detectarla es a través del control del pulso en la muñeca o en el cuello”, destacó el especialista, quien detalló: “El pulso normal es regular. Pero, ante la presencia de alguna arritmia se vuelve irregular. Por eso, es tan importante la consulta con el cardiólogo, quien realizará un examen físico y luego un electrocardiograma”.
Posteriormente, de ser necesario, indicará estudios de larga duración como el Holter de 24 y 48 horas, o hasta siete días. También, existen dispositivos de más larga duración, algunos adheridos al cuerpo y otros implantados debajo de la piel.
“Actualmente, la tecnología ya nos ayuda con el diagnóstico. Existen relojes inteligentes y dispositivos conectados al celular, mediante Bluetooth, que realizan el registro y hasta el diagnóstico de arritmias que luego deben ser consultados con el médico de cabecera”, finalizó.
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