Este año, el Día Mundial del Asma se celebra el 7 de mayo, una jornada dedicada a concienciar y educar sobre una de las afecciones crónicas no transmisibles más comunes, que afecta a más de 260 millones de personas en el mundo. La educación y la prevención son claves para empoderar a los pacientes y mejorar su calidad de vida.
El Día Mundial del Asma se celebra anualmente el primer martes de mayo desde 1999, una iniciativa de la Global Initiative for Asthma (GINA) en colaboración con la Organización Mundial de la Salud. Este año, el tema es "La educación sobre el asma empodera", subrayando la necesidad de fortalecer el conocimiento sobre la enfermedad para buscar atención médica a tiempo.
El objetivo es involucrar a los pacientes en la atención y control del asma, reducir los posibles factores de riesgo y enseñar a las personas cómo actuar ante un posible ataque o crisis de esta enfermedad.
En Mendoza, se ha estado trabajando para mejorar la detección del asma. Alfredo Morán, responsable del Programa Provincial de Enfermedades Respiratorias Crónicas, comentó: “Mendoza ha innovado en aplicar herramientas tecnológicas para llegar con diagnóstico al primer nivel de atención. Las espirometrías que detectan enfermedades respiratorias crónicas, como EPOC, y ayudan en el diagnóstico de asma, ya se están aplicando en nuestra provincia. Por lo tanto, un paciente atendido en primer nivel de atención recibirá un diagnóstico preciso, información de un neumonólogo y un tratamiento adecuado”.
El asma es una patología de las vías respiratorias que causa una inflamación crónica, afectando la entrada y salida de aire en los pulmones. Sus síntomas incluyen falta de aire, opresión en el pecho, tos persistente y silbidos al respirar debido al estrechamiento de las vías respiratorias.
Las personas con asma son vulnerables a factores como el clima, el polvo, el humo y sustancias químicas, que pueden desencadenar un brote. La variabilidad de los síntomas y los períodos asintomáticos a menudo llevan a los pacientes a abandonar el tratamiento, lo que es contraproducente.
El asma no se puede curar, pero sus síntomas pueden aliviarse con tratamientos, como el uso de inhaladores que envían fármacos directamente a los pulmones. Los inhaladores pueden contener broncodilatadores, que abren las vías respiratorias, o corticosteroides, que reducen la inflamación y el riesgo de crisis asmáticas.
Un diagnóstico temprano es crucial para el control y tratamiento del asma. Se debe prestar atención a síntomas como la tos y la respiración sibilante, que revelan una obstrucción bronquial. No se debe esperar a una crisis asmática para diagnosticar la afección.
El asma es más frecuente en la niñez, disminuye en la adolescencia y es poco común en la adultez. Aunque requiere control y medicación, con un buen diagnóstico, educación y tratamiento, no debería afectar el rendimiento escolar ni laboral.
Este 7 de mayo, reforcemos la educación y la prevención del asma para mejorar la vida de quienes padecen esta enfermedad.
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