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El poder curativo del contacto físico: Caricias y abrazos mejoran la Salud física y mental

Un estudio respaldado por más de 200 investigaciones y que abarca a más de 13,000 personas revela que el contacto físico tiene el potencial de reducir el dolor, la depresión y la ansiedad, brindando beneficios significativos para la salud.

Desde los primeros días de vida, el contacto físico juega un papel fundamental en nuestras interacciones sociales y emocionales. Besos, abrazos y caricias no solo expresan afecto, sino que también tienen un impacto positivo en nuestra salud, según un metaanálisis publicado en la revista Nature Human Behaviour. Este análisis recopiló datos de más de 200 estudios previos, revelando que el contacto físico puede reducir el dolor, los síntomas de depresión y la ansiedad en adultos.


Cuando experimentamos caricias o masajes, nuestro sistema nervioso central libera neurotransmisores relacionados con el placer, como la serotonina, las endorfinas y la oxitocina. Al mismo tiempo, se reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés. Esta combinación de efectos contribuye significativamente al bienestar general de las personas, según Pilar López, psiquiatra y decana de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).


Los beneficios para la salud son aún mayores cuando las caricias se concentran en áreas como la cabeza y el cuero cabelludo, que son ricas en terminaciones nerviosas. Según Jerónimo Saiz, psiquiatra y profesor emérito de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), las diferencias en los beneficios observados entre distintas culturas reflejan las actitudes culturales hacia el contacto físico.


Además, se encontró que los sujetos que experimentaron contacto físico dentro de cohortes clínicas, es decir, aquellos con algún tipo de enfermedad física o mental, experimentaron mayores beneficios. Esto podría deberse a un deseo incrementado de contacto físico en situaciones de enfermedad, donde los pacientes pueden sentirse aislados o estigmatizados.

Es importante destacar que el contacto físico debe ser deseado para ser beneficioso. Recibirlo sin consentimiento puede provocar estrés y malestar. Por ello, es esencial fomentar relaciones cálidas y compasivas entre médicos, pacientes y seres queridos.


En resumen, el contacto físico ofrece un valioso recurso terapéutico para aliviar tanto el dolor físico como el sufrimiento emocional, contribuyendo al bienestar integral de las personas.

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