Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Oxford reveló que usar aspirinas para la prevención en pacientes sin antecedentes de problemas cardíacos. Los detalles.
Durante años de pensó que una aspirina a diario ayudaba a reducir el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular (ACV) y otros eventos cardiovasculares. Sin embargo, una nueva investigación derribó ese mito. Y es que la ingesta a diario sin receta médica o sin necesidad específica sería en vano debido a que no proporciona beneficio para las personas en prevención primaria, es decir, para las personas que nunca tuvieron un evento, como un infarto o un ACV.
En el 2018 fue el año, dos grandes investigaciones de la American Heart Association y el American College of Cardiology evidenciaron los riesgos de la ingesta de la aspirina. Nuevamente, un estudio llevado a cabo por Oxford University Press, un Departamento de la Universidad de Oxford, concluyó que la aspirina no es efectiva para evitar una enfermedad cardíaca y recomiendan no indicar su consumo diario a gente que no tuvo un acv o un infarto.
Con el objetivo de comparar los beneficios y los daños de la aspirina para la prevención primaria, los investigadores realizaron la primera revisión del papel de la aspirina en la prevención cardiovascular 30 años atrás. "Tomar aspirina cada día para prevenir un ataque al corazón o derrame cerebral ya no debe recomendarse a pacientes que aún no han experimentado uno de estos eventos”, explicó en un comunicado la Universidad de Georgia, participante del estudio.
Para el cardiólogo del hospital Italiano y presidente entrante de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) José Luis Navarro Estrada la investigación reafirma lo que en el mundo de la salud se dice hace mucho: que la ingesta de aspirina para la prevención primaria, es decir, en personas que no han tenido un evento cardiovascular, presenta más riesgos que beneficios.
“La aspirina se solía usar para cualquier cosa, pero por sobre todo era algo que se ingería para la prevención de infartos. Sin embargo, como evidencia el estudio, si yo le receto a 1200 personas, se previenen pocos eventos y hay mayor cantidad de sangrados y efectos adversos. Por lo tanto en la balanza de la medicina, los daños son mayores que los beneficios”, dijo Gabriel Lapman (MN 119066), cardiólogo y nefrólogo del Sanatorio Modelo de Caseros.
De este modo, los científicos revisaron el papel de la aspirina 30 años atrás, cuando informaban que reducía el riesgo de ataques cardíacos y algunos estudios posteriores que encontraron evidencia de que puede reducir el riesgo de ACV. Desde entonces, este tipo de medicamentos tuvo un uso generalizado.
Luego compararon los estudios antiguos con otros cuatro ensayos recientes, hechos a gran escala, sobre el uso de la aspirina para la prevención primaria. Los nuevos ensayos no encontraron beneficios en la reducción de mortalidad y hallaron un aumento significativo en el riesgo de hemorragias. “El uso de aspirina siempre ha conllevado riesgos”, aseguró el investigador Mark Ebell.
Respecto de la toma diaria de una aspirina, basándose en los resultados de los últimos estudios científicos, las guías ponen de manifiesto que esta recomendación puede generar más inconvenientes que beneficios en personas sanas, dado que aumenta el riesgo de hemorragias internas y de otros efectos secundarios.
Encontraron que, por cada 1.000 pacientes que tomaron aspirina durante cinco años, hubo cuatro eventos cardiovasculares menos, pero siete episodios más de hemorragia importante. El estudio también reveló que hay un uso generalizado en la población de estatinas, aquellos fármacos que bajan el colesterol “malo” y reducen el riesgo de ACV o de infartos.
Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS, por sus siglas en inglés) de 2017, el equipo de investigadores descubrió que aproximadamente una cuarta parte de los adultos de 40 años o más sin enfermedad cardiovascular (aproximadamente 29 millones de personas) informó tomar aspirina diariamente para la prevención de enfermedades del corazón. De estos, unas 6,6 millones de personas lo hicieron sin la recomendación de un médico.
“Todo debe ser bajo la consulta con el médico. Lamentablemente, a pesar de las evidencias, son cada vez más los pacientes que se automedican y, en mi opinión, se debe a la propaganda indiscriminada con respecto al uso de los medicamentos. Lo primero que debe hacer el paciente es acudir al profesional de la salud y esperar la opinión de un experto”, concluyó Navarro Estrada.
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