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Síndrome urémico hemolítico: el primer fármaco para tratar la enfermedad se investiga en Argentina


El tratamiento podría frenar la progresión de la patología, que afecta principalmente a niños menores de 10 años. Tras superar con éxito la Fase I, se desarrolla la Fase II del ensayo clínico en centros de salud de todo el país.


El síndrome urémico hemolítico (SUH) es una enfermedad sin cura. Lo único que existe para contener el patógeno son tratamientos de sostén, de acuerdo a qué parte del organismo afecte, si al sistema renal o el nervioso, por ejemplo. Sus principales víctimas son los niños más pequeños, de 0 a 10 años y puede provocarles la muerte o, muchas veces, secuelas permanentes. Tanto es así, que es el principal causante de los trasplantes de riñón en niños. Ahora la buena noticia: Argentina es el único país del mundo donde se está desarrollando un tratamiento cuya Fase I finalizó con éxito y está en marcha la Fase II. El estudio está siendo seguido no sólo por la autoridad regulatoria nacional, ANMAT, sino que también lo ven con expectativas la de Estados Unidos, FDA, y de Europa, EMA.


El SUH es una afección grave que puede producirse cuando los pequeños vasos sanguíneos de los riñones se dañan e inflaman. Este daño puede provocar la formación de coágulos en esos vasos, que obstruyen el sistema de filtración de los riñones y provocan insuficiencia renal, lo que puede ser mortal.


Si bien cualquier persona es susceptible de padecer síndrome urémico hemolítico, es más común en los niños, especialmente los menores de 10 años. La toxina Shiga producida por la bacteria Escherichia coli, que puede estar presente en los alimentos y en el agua, es la responsable del desarrollo del SUH.


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Argentina tiene la mayor incidencia mundial de SUH en menores de 5 años: esta enfermedad afecta a alrededor de 400 niños y niñas por año en nuestro país. La mitad de ellos desarrolla una enfermedad leve, pero la otra mitad puede sufrir formas más graves, con un rápido deterioro de la función renal y, en ocasiones, del sistema nervioso que suele causar lesiones neurológicas. Cada año mueren en el país aproximadamente un 3% de los niños que desarrollaron síndrome urémico hemolítico.


“Es una enfermedad muy fea y hay que pensar que siempre afecta a nenes o nenas que cuatro días antes estaban corriendo en el recreo del colegio completamente sanos, ingirieron un alimento contaminado y se enfermaron. Siempre se asocia a las hamburguesas mal cocidas, pero no es lo único, pueden ser verduras mal lavadas u otros alimentos, como lácteos que no hayan sido pasteurizados”, dijo Linus Spatz, biólogo y director general de Inmunova, la compañía biotecnológica argentina que lleva adelante el estudio científico en busca de un tratamiento.


Hasta el momento, no está disponible un tratamiento específico para prevenir ni curar la enfermedad en todo el mundo, pero la ciencia se acerca a revertir este escenario: científicos argentinos avanzan en el ensayo clínico del primer medicamento de producción nacional contra esta patología. El desarrollo de Inmunova, está orientado a evitar la progresión hacia formas más graves del SUH, neutralizando la toxina Shiga producida por la bacteria Escherichia coli.


Este tratamiento ya superó las pruebas preclínicas y el ensayo de Fase I del programa de desarrollo clínico aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), por lo que se autorizó el estudio de Fase II para evaluar su seguridad y eficacia en pacientes pediátricos con diagnóstico clínico de SUH en centros de salud de diferentes puntos del país.


“La noticia es que comenzó nuevamente el ensayo clínico, que había sido interrumpido por la pandemia, en busca del primer tratamiento en el mundo, porque actualmente en ningún lugar del mundo se está probando ninguna medicación. Tenemos un incluso un board (junta) de consultores internacionales, muchos médicos nefrólogos en otras partes del mundo, que también tienen una expectativa muy grande con respecto a este ensayo clínico”. El experto destacó la importancia de que los pediatras conozcan que está en marcha esta investigación con el objetivo de que se les dé la “posibilidad a los padres con chicos enfermos de que, si quieren incorporarse a los ensayos clínicos, que conozcan que estamos trabajando en 16 hospitales y sanatorios del país”.


El fármaco contra el SUH


La bioquímica y responsable de Investigación Clínica y Asuntos Regulatorios de la compañía biotecnológica, Mariana Colonna, dijo que el tratamiento que está siendo estudiado “consiste en un medicamento con gran cantidad de anticuerpos policlonales capaces de bloquear la toxina Shiga, que es el verdadero enemigo y el que causa el daño”. Se trata de “anticuerpos antitoxina con los que buscamos neutralizar la toxina para que no avance. Se administra en forma endovenosa como si fuera un suerito”, puntualizó. “Es una infusión que pasa en 50 minutos, algo muy sencillo porque estos chicos ya están internados por la enfermedad con la vía puesta. Son dos aplicaciones separadas por 24 horas”, señaló y remarcó que el tratamiento “se debe administrar lo antes posible luego del diagnóstico”.


La seguridad de la droga utilizada en el medicamento quedó demostrada en los estudios preclínicos y la Fase I. Es un medicamento seguro y con pocos efectos adversos, creado sobre una plataforma similar a la del CoviFab, desarrollado por Inmunova en 2020 para el tratamiento del COVID-19 grave que fue administrado a más de 25.000 pacientes en el país con baja incidencia de efectos adversos.


En el recorrido de la investigación para demostrar la eficacia y seguridad del tratamiento, las pruebas preclínicas se llevaron adelante en el Centro de Medicina Comparada del Instituto de Ciencias Veterinarias del Litoral –dependiente de la Universidad Nacional del Litoral y el CONICET– y el ensayo clínico de Fase I se realizó en 2018 junto con el equipo de Farmacología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires en adultos voluntarios sanos.


Como en cualquier ensayo clínico se evaluó en esa primera fase la seguridad, es decir la posible presencia de efectos adversos. En esta etapa se investiga “lo que puede ser dañino para el organismo que puede generar desde fiebre hasta dolor de cabeza, diarrea, vómitos u otros más graves”, dijo Colonna. Todo esto ya quedó descartado, los resultados “fueron excelentes”, aseguró. Esta etapa se cumplió en 2017-2018 con 14 adultos voluntarios sanos, algunos de ellos “vinculados a familias con chicos y chicas que tuvieron SUH” que se prestaron al estudio de manera altruista, agregó la experta.


El estudio clínico para evaluar su eficacia y, una vez más, la seguridad en pacientes pediátricos enfermos y en riesgo de desarrollar SUH comenzó a fines de 2019. Los participantes que recibieron el tratamiento no presentaron efectos adversos de relevancia, y en un caso se observó una erupción cutánea pasajera. Este ensayo debió ser interrumpido en marzo de 2020 por la pandemia de COVID-19.


Colonna agregó que el medicamento se mostrará eficaz si “tenemos algún efecto positivo en el desarrollo de esa enfermedad, es decir que ese chico no requiera diálisis y se vaya antes a su casa o que se acorten los días de diálisis, también si se evitan las complicaciones en el sistema nervioso central, ya que hoy la morbilidad más fuerte está asociada a las complicaciones neurológicas”.


Hasta que quedó interrumpida por la pandemia, la Fase II del estudio no se registró ningún niño con un efecto adverso, “pero no podemos dar ninguna conclusión porque reclutamos 11 pacientes. Estadísticamente no se puede llegar a ninguna conclusión” hasta el momento, señaló Colonna. El ensayo clínico se retomó hace algunos días y, a partir de ahora, “necesitamos 80 o 100 casos como para poder ver una tendencia (de la eficacia) y (demostrar) que no sea por producto del azar. Hay que esperar con prudencia”, agregó.


El objetivo de los científicos de Inmunova es llevar adelante el resto de la Fase II “este verano”, ya que es una enfermedad con especial prevalencia en la temporada estival, y estimó que en “mayo del año que viene vamos a poder saber con qué contamos”. La compañía está trabajando “en los mejores lugares de atención del país para esta enfermedad, con los mejores especialistas, la mejor infraestructura y complejidad para tratar a estos niños”.


Spatz explicó que la rapidez del estudio se dará en gran medida en función del porcentaje de niños que se vean beneficiados por el tratamiento. “Si vemos que en la mayoría de los chicos acortamos los días de diálisis o no hacen diálisis porque, una cosa es si el 30% de los chicos no van a diálisis y otra si es el 60%. Sí tuviéramos realmente un efecto en el 60% de los chicos, uno necesita un Fase IV con un número bastante menor para probar que el medicamento funciona”.


“Estimamos que seguramente van a llevar entre dos y tres veranos más depende de la cantidad de chicos (que puedan ser evaluados), porque en Argentina hay unos 400 a 500 chicos con SUH y hay unos 4.000 a 5.000 infectados cada año”, subrayó.


La ANMAT incluyó este fármaco —desarrollado por Inmunova junto con el Instituto de Medicina Experimental, dependiente de la Academia Nacional de Medicina y del CONICET— como candidato al “Programa para Apoyo a la Innovación en Medicamentos y Productos para la Salud” debido a que el SUH es una enfermedad huérfana de tratamiento y de gran impacto para la salud pública de nuestro país.


El director de la compañía destacó que la ANMAT ha facilitado “la evaluación rápida” del medicamento y mantienen con sus expertos “un nivel de discusión de ciencia muy bueno”. “También estamos haciendo lo mismo con la agencia regulatoria FDA, que es la de Estados Unidos, y EMA, que es la de Europa. O sea las tres agencias están involucradas en el ensayo clínico lo conocen porque no hay nada en el mundo”. Finalmente, Spatz remarcó que esta investigación “es un esfuerzo grande que nació de una etapa pública y una articulación público-privada”.


“Estamos muy entusiasmados de participar en este estudio para evaluar la eficacia de un medicamento que podría inhibir la circulación de la toxina y lograr que el cuadro clínico del SUH sea más leve”, aseguró el doctor Alejandro Balestracci, pediatra de la Unidad de Nefrología del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, quien ya trató al primer paciente que recibió el medicamento sin observarse efectos adversos. “En caso de demostrarse la efectividad, será el primer tratamiento en el mundo para esta enfermedad”, destacó el especialista.


El Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, la Clínica Zabala y el Sanatorio Güemes, en la ciudad de Buenos Aires; el Sanatorio de Niños de Rosario (Santa Fe); y el Sanatorio Allende, en la ciudad de Córdoba (Córdoba) ya fueron seleccionados para esta etapa de la investigación. A lo largo de las próximas semanas se seguirán sumando centros de salud en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Neuquén y La Pampa.


“La provincia de Neuquén constituye una de las áreas del país con mayor número de casos con SUH”, expresó la doctora Flavia Ramírez, nefróloga pediátrica del Hospital Provincial Neuquén “Dr. Eduardo Castro Rendón”, y amplió: “Por eso, aguardamos con entusiasmo los resultados de este protocolo para ver si podemos brindar un tratamiento a esta enfermedad que deja tantas secuelas”.


La doctora Iliana Principi, nefróloga pediátrica del Hospital Pediátrico “Dr. Humberto J. Notti” de la ciudad de Mendoza, destacó que “este ensayo clínico permitirá conocer si el producto es seguro y eficaz, pudiendo contribuir a aliviar y mejorar la calidad de vida de cientos de niños en nuestro país”.


Una vez finalizada la Fase II, los resultados de evolución clínica de los pacientes tratados serán comparados con los datos históricos (previos a la pandemia) de pacientes hospitalizados en los mismos centros de salud.


El análisis se realizará teniendo en cuenta idénticos criterios de inclusión y exclusión en ambos grupos, lo que permitirá comparar pacientes similares en condiciones semejantes, dado que los estándares de cuidado y atención hospitalaria respecto a esta enfermedad no han variado en el período comparado. Estos resultados permitirán optimizar el diseño de la Fase III, que será un estudio aleatorizado, doble ciego y con grupo control.

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