Esta sensación ocurre durante los primeros minutos del descanso y tiene que ver con una reacción del organismo frente a un desequilibrio entre los sentidos y el cerebro.
Dormir es un momento sagrado, de hecho se lo considera uno de los más importantes del día. A través del sueño, el cuerpo y el cerebro se restauran del estrés acumulado durante la jornada. También se reparan los tejidos neuronales, se procesa información y se consolida la memoria. En esta instancia, algunos logran alcanzar un descanso de calidad y otros no tanto. Es que son muchos los factores que influyen para que ello suceda y entre los principales se destacan los sueños.
Sin ir más lejos, a esta instancia se la conoce como actividad onírica y ocurre habitualmente en la etapa de sueño REM entre 70 y 90 minutos después de dormirse. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos es una fase donde predomina el movimiento ocular rápido y la actividad del cerebro. Por su parte el cuerpo permanece inactivo.
Pero, ¿qué son exactamente los sueños? Agustina Furnari, médica neuróloga especialista en sueño de la Unidad de Medicina del Sueño de Fleni (M.N. 163237) comenta que son imágenes que produce la mente “mientras dormimos”.
Desde siempre, los sueños han generado gran interés en los individuos y científicos, curiosos no solo por entender su proveniencia si no también sus significados. Pero, ¿cómo se originan? Al respecto, Stella Valiensi, médica neuróloga del Hospital Italiano y presidente de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, explica que existen diferentes teorías.
Según dice, una de ellas se relaciona con experiencias pasadas traumáticas, preocupación o ansiedad: “En estos casos, la persona tendrá sueños desagradables, por ejemplo, que lo persiguen”, comenta. Por otro lado, “se podría hablar de un deterioro neuronal en aquellos de edad avanzada que regularmente sueñan que los atacan o que ellos atacan”, agrega la especialista. No obstante resalta que también hay sueños agradables.
¿Qué hay detrás del sueño de caerse al vacío?
Hay sueños que son universales y caerse al vacío es uno de ellos. Una situación que viene acompañada de una brusca sacudida de las extremidades: brazos y piernas, y que genera que la persona se despierte de golpe. De acuerdo a los especialistas consultados, el 70% de las personas experimentó este sueño al menos una vez en su vida.
Haberlo vivido genera dudas e incertidumbre: ¿Cómo surge? ¿Es peligroso? ¿Se puede evitar? Frente a este incierto escenario, Furnari revela que este sueño y a diferencia de los otros se da al principio del descanso, “cuando se atraviesa una transición entre la vigilia y el descanso profundo”.
Por su parte, Valiensi agrega que se produce a partir de un desbalance entre la parte motora y el sistema vestibular que es el oído. “Se genera un desequilibrio entre los músculos que ya están relajados, la audición y la mente que sigue despierta”, expresa la especialista. Entonces esta reacción, es un mecanismo que tiene el organismo para volverse a acomodar y conciliar correctamente el sueño.
Consultada sobre quienes son más propensos a vivirlo, Valiensi comenta que son los niños y jóvenes porque aun “están aprendiendo y acostumbrándose a dormir y tienen todos los sentidos muy desarrollados, por lo tanto en ocasiones les cuesta ´apagarlos´”. Por ello, revela que a medida que pasan los años, las personas disminuyen sus chances de soñar que se caen al vacío porque “tardan más en dormirse y tienen menos audición y visión”.
Existen otras creencias que relacionan a este “derrumbe” con una conducta de las sociedades ancestrales: “Aparentemente tiene que ver con un mecanismo de defensa antigua donde las personas no dormían profundo y se mantenían a la retaguardia, atentos a si debían huir o esconderse de situaciones de amenazas o peligros”, narra Valiensi.
Y más allá de que se trate de una situación extraña, los especialistas coinciden en que no hay que preocuparse ya que no conlleva ningún tipo de riesgo. Al respecto, Furnari cuenta que “soñar esporádicamente que te caés al vacío no genera ningún trastorno en la conciliación del sueño”. Por el contrario, “si se repite varias veces durante la noche, será necesario consultar con un profesional porque puede ser producto de otras patologías o bien, afectar la calidad del descanso”, concluye la neuróloga.
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